viernes, 21 de junio de 2013

La carta

Como dije en la primera entrada de este blog, me gusta mucho la historia, pero lo que voy a contar aquí, es más bien parte de la historia de mi familia. Hace algunos días, en casa nos dio por ver los papeles antiguos que conservamos de mi abuelo paterno, yo no llegué a conocerlo y siempre he sentido curiosidad por él, por su vida, pero quitando los recuerdos de mis padres yo no tenía mucha información. Si ya tenía poca información sobre él, sobre su madre sabía aún menos. En fin, viendo esos papeles, dentro de una pequeña libreta negra, entre otras cosas, encontramos una pequeña carta metida en un sobre raído, la sacamos y allí había además una pequeña foto muy antigua y nos sorprendimos al ver la fecha de la misiva:
                                                               18 de marzo de 1938.


Era una carta escrita durante la Guerra Civil Española, desde Barcelona, de donde era mi abuelo,con destino a Baeza en Jaén, donde se encontraba en esos momentos y de donde era mi abuela, en la que se le comunicaba la muerte de su madre durante un bombardeo. Debió ser horrible recibir esa carta, tener que enterarte de la muerte de tu madre así y además en semejantes circunstancias... quizás por eso mi abuelo la conservó siempre, para no olvidar nunca.
La carta es así:


He decidido transcribirla para conservar siempre sus palabras aunque se estropee el papel por el paso del tiempo, aunque querría conservarla lo mejor posible para que perdure mucho más tiempo aún.
Aquí está transcrita:

Barcelona, 18-3-38.
Estimado sobrino: Salud te deseo como es la nuestra por hoy.
Cuatro letras nada más para darte una triste nueva. Tú eres hombre y por lo tanto se te puede hablar con toda claridad de manera que te revistes de valor, porque eso es lo que aconsejan las actuales circunstancias.
En uno de los últimos bombardeos que hubo aquí tu madre quedó muerta en la calle cuando se trasladaban al refugio acompañada de José no porque le tocara ningún casco sino porque se fatigó tanto que se ahogó, tú sabes bien que tu madre al hacer algún exceso se fatigaba mucho y por lo tanto entre la fatiga y el susto la mataron.
No sé si llegará esta carta a tu poder y cuando podrá llegar pero en la entre tanto es mi deber decirte que tu madre murió el día 16 a eso de las 11 de la noche.
Sería muy conveniente que solicitases unos días de permiso para poner en orden lo que tienes por aquí, y luego después volver a tu destino.
Ánimo y valor y con toda la amargura de mi corazón te estrecha la mano tu tío.
                                                                       J.M.
 He pensado compartirla aquí, para que no quede en el olvido... para que quede constancia de ella, ha pasado muchos años olvidada, el olvido es muy injusto... os lo dice alguien que ha tomado su nombre de una reina a la que intentaron que fuera olvidada.
Buenas Madrugadas desde el Palacio de Amarna.

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